Según la CEPAL, el 33% de la población de América Latina vive en la pobreza, o aproximadamente 214 millones de personas. Imagínese cuántos de ellos sólo tienen $10 al mes para disfrutar de su deporte favorito. Esta situación no sólo limita el acceso a eventos deportivos, sino que también afecta la participación en actividades culturales y sociales.
Durante las dos semanas de los Juegos Olímpicos, Claro Sports transmitió casi todas las competencias de forma gratuita en YouTube con corresponsales expertos en París. Lo llamativo es que ofrecieron más contenidos en esta plataforma que en su servicio de televisión por cable, sin exclusividad. Las transmisiones, que tuvieron una duración de hasta 20 horas consecutivas, resaltaron el talento de los deportistas latinoamericanos. Además, los momentos destacados se volvieron virales en TikTok y X, mostrando un gran trabajo y una visión de negocio inclusiva, rompiendo así la barrera del PPV.
Por otro lado, durante la final del fútbol colombiano, el precio para ver el partido en Win Sports Online aumentó en 35.000 pesos (unos 8,50 dólares) por sólo 90 minutos. Situaciones similares ocurrieron con la Copa América y otras ligas, limitando aún más el acceso al deporte.
Si Claro hubiera decidido que los Juegos Olímpicos eran su servicio exclusivo, muchos latinoamericanos habrían quedado excluidos de estas experiencias, especialmente en un contexto geopolítico complejo.
Marcelo Bielsa, en conferencia de prensa durante la Copa América, dijo que el fútbol es un bien popular que trae felicidad a quienes tienen pocos recursos. Este deporte se convierte en una de las pocas fuentes de alegría al alcance de los más desiguales.
No se trata de evitar ganancias, sino de seguir el ejemplo de Claro y explorar nuevas oportunidades que no limiten el acceso a la cultura y el deporte en América Latina. Agradecemos a Claro por su compromiso en este momento tan importante. Esperamos extender esta iniciativa a otros deportes y vernos en Los Ángeles en 2028.